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miércoles, 3 de marzo de 2010

¿Miedo o No Miedo? He ahí la cuestión

Acabo de terminar de leer recientemente el libro de No Miedo de la escritora y empresaria Pilar Jericó. En él la autora trata de describir los diferentes tipos de miedo y nos propone soluciones para enfrentarnos a él.

Una de las reflexiones que he sacado del libro es que el miedo nos impide hacer en muchas ocasiones cosas que desearíamos hacer pero no somos capaces por miedo. Como por ejemplo, mucha gente que tiene miedo a volar rechaza la idea de viajar a lugares lejanos, aunque sea su mayor sueño, por el miedo a coger un avión. Así pues podemos afirmar que el miedo paraliza en muchas ocasiones a las personas y las impide actuar en la forma en la que lo harían si ese miedo no existiese.



Todos tenemos algún miedo, en el mundo empresarial se puede hablar de 5: miedo a la no supervivencia, al rechazo, al fracaso, a la pérdida de poder y al cambio.


Sólo una cosa vuelve un sueño imposible: el miedo a fracasar

PAULO COELHO, escritor


Es cierto que todos tenemos algún sueño en la vida: tener una bonita casa, irnos de vacaciones a un lugar exótico, dirigir una importante empresa, ser cantantes, presidentes, etc. En definitiva triunfar en algo que nos guste. Sin embargo esto implica arriesgarse, y el riesgo muchas veces viene de la mano del fracaso. El miedo al fracaso nace de la orientación al logro.


En estos tiempos en los que vivimos, el miedo más acentuado es el de no llegar a fin de mes (a la no supervivencia). Hoy en día las cifras de paro son muy elevadas, y más aun en jóvenes, lo que nos hace plantearnos a los futuros trabajadores, como yo y todos mis compañeros a punto de terminar la carrera, que nos deparará el futuro laboral, si encontraremos trabajo y si este cumplirá nuestras expectativas laborales. Y mejor aún, si conseguimos encontrar un trabajo aceptable, ¿permaneceremos en él mucho tiempo? El miedo al despido es algo que está latente en cualquier trabajador, exceptuando a los funcionarios, claro está. Sin embargo tendrá un impacto mayor o menor en nosotros en función de lo vulnerables que seamos a perder el trabajo (que en el caso de un recién licenciado, en caso de recorte de personal, es más que probable), la dificultad para encontrar otro, las necesidades económicas y el tipo de educación.


El miedo en la empresa estará directamente relacionado con la filosofía de la misma. La empresa puede dirigir a los profesionales en función del miedo o del NoMiedo. Las empresas que dirigen a sus profesionales en función del miedo abarcan a la empresas 1.0 de las que he hablado en la primera entrada de tendencias, las empresas tipo neandertal, mientras que las que dirigen en función del NoMiedo se asimilan a las empresas 2.0. Así pues, las empresas 2.0 tienen más posibilidades de obtener soluciones a largo plazo, puesto que está comprobado que los trabajadores que se encuentran a gusto funcionan mejor que los que no lo están. Es por tanto que afirmo que el miedo paraliza a los trabajadores.



El otro día escuché la interesante historia de la empresa brasileña que consiguió salir de la crisis que reinaba en Brasil en el año 1998. Esta empresa resurgió milagrosamente gracias al nuevo planteamiento de la misma, que consistía en la total libertad: los trabajadores podían elegir sus salarios, sus vacaciones, cómo vestir, e incluso decidir a quién echar, aunque este fuera el presidente. Esta libertad a su vez viene acompañada de responsabilidades: todos han de realizar su trabajo, pero con menos presión. Esta iniciativa promueve que las personas de la empresa trabajen con más ganas y más motivadas, sin presión, pero sabiendo que han de hacer su trabajo correctamente.


Sin embargo, se puede concebir el miedo también como una motivación. Muchos estudiantes hoy día afirman rendir mejor cuanto más agobiados están y más próximos están los exámenes, es decir, ''se ponen las pilas'' por el miedo a suspender.



¿Podemos discernir entre el miedo motivacional y el miedo paralizante? La respuesta es no. Los humanos, por muy racionales que seamos, tenemos sentimientos irracionales e instintivos, y si bien podemos estar motivados por el miedo a que nos echen del trabajo, podemos rendir menos por este mismo miedo.



Así pues nos planteamos, ¿es bueno tener miedo? En mi opinión, en la empresa los miedos no son positivos, ya que desmotivan y paralizan a la gente. El miedo como motivación es sano, hasta un determinado punto, ya que no puedes esperarte a tres días antes del examen para ponerte a estudiar, porque sí, estarás motivado, pero suspender, suspendes seguro.



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