Renovarse o morir

Como hablábamos en el post anterior, la etapa más importante en el ciclo de vida de un producto es la de madurez.

Lo que los productores pretenden es prolongar la etapa de madurez bien incrementando la frecuencia de compra de los clientes, esto es haciendo el producto menos duradero (lo que hablábamos al principio), o bien promoviendo nuevos hábitos de consumo. Los nuevos hábitos de consumo pueden darse entre los que ya consumen el producto o bien ampliando a otros segmentos de mercado.

Un ejemplo de nuevos hábitos de consumo para los ya consumidores es el de los esfuerzos que realizan algunos fabricantes de cacao soluble para que se consuma con leche fría en verano, llegando incluso a regalar objetos para batirlo pues se disuelve peor. También los fabricantes de gaseosas invitan a probar el tinto de verano: vino con gaseosa.

La ampliación de nuevos segmentos de mercado podemos comprobarla con el caso del champú Johnson & Johnson para niños que ofrece ventajas también para las madres, o la campaña de "Aprende de tus hijos" en la que los hijos enseñaban a sus padres a tomar yogures Danone. Así vemos que con el tiempo, un producto que era para niños pasa a ser consumido por personas de cualquier edad.

"El progreso consiste en renovarse"

Miguel de Unamuno

Para mantenerse las empresas buscan renovarse continuamente. Cada vez se invierte más en I+D, aunque hay algunas empresas que son totalmente innovadoras que no invierten en I+D y otras invierten mucho pero no son innovadoras en absoluto.

He leído que es común argumentar que la decadencia de las empresas, o más dramático aun, la muerte de estas es un proceso natural y esencial para mantener a la economía saludable y en constante cambio.

En teoría las empresas débiles y poco creativas son absorbidas por las más poderosas. Siempre habrá una empresa sustituta que reemplace a la que muere.

No es fácil ejecutar cambios dramáticos en la operación o la estrategia de una compañía, sin embargo la capacidad de renovarse es un aspecto fundamental que debe poseerse como competencia clave.

En mi opinión no es útil para la economía de un país la decadencia de las empresas. No existe una receta para no cometer errores, pero sí es posible seguir ciertos consejos e implantar ciertas actitudes, como mejorar el liderazgo o examinar minuciosamente como invertimos los recursos. Lo que cuenta para el fortalecimiento de la empresa es su vida útil.